El calvario de ME-O

Por Mauricio Morales

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Luego de la primera vuelta presidencial de 2009, Marco Enríquez-Ominami (ME-O) hizo todo lo posible para que Frei fuese derrotado por Piñera. Además de señalar que un segundo gobierno de Frei sería un acto “inmoral”, lo ridiculizó públicamente como el candidato del 29%. Sistemáticamente el “senador DC”-como le decía ME-O a Frei- debía defenderse de los ataques de Piñera y de la izquierda descolgada de la Concertación. ME-O tenía, en todo caso, muy buenas razones para reaccionar de esa manera, pues desde la Concertación se le impidió participar en primarias.

Muy distinto habría sido el escenario en caso que ME-O hubiese sido incluido en esa primaria. No tenía ninguna posibilidad de ganar. Por tanto, el error estratégico de la Concertación fue tratarlo de “Marquito” en lugar de tomárselo en serio. Era mejor derrotar claramente a ME-O dentro de la Concertación que en una primera vuelta. Tanto así, que en esos comicios ME-O sobrepasó el millón 400 mil votos. Parte importante de esa votación no se inclinó por Frei en la segunda vuelta, abriéndole a Piñera las puertas de La Moneda.

Su segundo intento fue menos exitoso. En 2013 ME-O redujo su votación a la mitad, mostrando que sus bases de apoyo eran líquidas. Esto fue más evidente en las comunas del norte del país. Si promediamos la votación de ME-O desde Arica a Copiapó, en 2009 sobrepasó el 25%, bajando a cerca del 10% en 2013, elección en la que el norte recibió más entusiastamente la candidatura de Parisi. Es cierto que en 2013 la participación se redujo a menos del 50% (en 2009 había bordeado el 60%) y que tenía al frente a Bachelet, pero ambas razones no son suficientes para justificar un deterioro tan significativo.

Hoy ME-O está cuestionado por el financiamiento de sus dos campañas. El primer misil vino de Camilo Escalona, quien acusó a la Fundación Chile 21 de triangular recursos desde SQM para dividir a la Concertación en 2009. De algo similar se le acusa para su campaña de 2013. ¿Cuánto gastó ME-O?, ¿de dónde provinieron los recursos? En 2009 ME-O declaró un gasto de más de mil 500 millones de pesos, cifra inferior a la de Frei (sobre los 3 mil millones de pesos) y de Piñera (sobre 5 mil millones de pesos). Del total de sus ingresos de campaña, casi el 25% fueron aportes reservados (en Frei fue el 37% y en Piñera el 38%).

En 2013, en tanto, ME-O declaró un gasto sustancialmente inferior que no llegó a los 750 millones de pesos, cifra muy distante de Matthei (casi 3 mil 500 millones de pesos) y de Bachelet (poco menos de 5 mil 400 millones de pesos). Del total de sus ingresos, un 32,2% provino de “aportes reservados”, superando a Bachelet (26,1%), pero nunca tanto como Matthei (66,5%). Controlando por el valor de la UF, ME-O gastó en 2009 aproximadamente 73 mil UF, bajando a cerca de 33 mil UF en 2013. Es decir, menos de la mitad.

ME-O quiere competir en la primaria de la Nueva Mayoría. ¿Lo puede hacer con la mochila del presunto financiamiento irregular?, ¿volverá la antigua Concertación a bloquearlo o le dará el paso para “matarlo” desde dentro? Si se confirma el financiamiento de SQM -más allá de si fue regular o no-, ME-O bajará en las encuestas, que son su único capital político. De ser así, la Nueva Mayoría le cerrará todas las puertas. Es muy costoso incluir a un candidato impopular en una primaria, pero todo indica que ME-O puede hacer más daño desde fuera que desde dentro.

La estrategia de ME-O ha sido la de la victimización, acusando a la derecha y a la antigua Concertación de una alianza para enterrar su proyecto político. Pero si ME-O demuestra que todo estuvo en regla, podrá salvar el punto. De hecho, si SQM aportó a su campaña, eso no es un problema, más allá del asunto moral que implica recibir dinero del ex yerno de Pinochet.

Más grave sería corroborar que ese financiamiento se hizo mediante facturas falsas o que SQM prácticamente fue el financista oficial de su campaña en 2009 y en 2013, además de apoyar a su padre en la senatorial de 2009 y a la Fundación Chile 21. En ese caso -y al igual que muchos otros- estaríamos hablando de la captura de la política por parte de privados. Eso no es sorprendente dado el volumen de escándalos que involucra a políticos de lado y lado, pero en el caso de ME-O el golpe es más brutal. ME-O era casi la reserva moral de la política. Hoy, al menos para el ciudadano común, ME-O es un político más. Dejó la excepción para pasar a formar parte de la regla. Su calvario recién comienza.

Fuente: La Tercera